jueves, 2 de septiembre de 2010

Germán Dehesa...

Hoy es un día triste... el cielo no tiene estrellas... las voces callaron... el ruiseñor voló lejos...

Se fue un gran hombre, un orgullo mexicano, alguien a quien admiré porque no sólo hablaba con la razón, sino más bien, lo hacía con el corazón... siempre tuvo la palabra acertada, la opinión que hacía reflexionar... y dijo lo que tenía que decir... y lo hizo con mucho talento...

Le dejo mi cariño, admiración y mi respeto... Descanse en Paz, Germán Dehesa...

Comparto un escrito que me gustó mucho...



Todo esto escrito por un hombre...


Por Germán Dehesa


Por mucho, la gran novedad de nuestra época es la incontenible irrupción de las mujeres, están imparables y me atrevería a decir que vienen en un plan muy pelado.

No necesito decirles que hay un rencor de siglos que ya forma parte de su programa genético. Precisamente por esto repito una vez tras otra que, en este momento de la historia, a los hombres lo que nos corresponde es pactar con las mujeres una rendición honrosa, antes de que literalmente se nos venga el mundo encima.

Si en la negociación conseguimos conservar para nosotros el control de la tele, nos hemos de dar por bien servidos y ya ni llorar será bueno. Agarren lo que se pueda y traten de portarse bien, pues de otro modo perderán lo poquito que hayan pepenado.

Es urgente que los hombres entendamos que las mujeres son insumergibles e indestructibles; son, como las nombra una película no demasiado buena pero dedicada a ellas, 'Magnolias de Acero'. Es decir, poseen las aromadas características de una flor, pero también la enorme resistencia del metal; todo lo embellecen y todo lo resisten. Por esto es inútil, absurda e inmoral la exacerbación de la violencia masculina contra la mujer.

Es una canallada que lo único que esta mostrando es lo amenazado y temeroso que se siente un hombre frente a una mujer que ha decidido mostrarse, aprender, prepararse y asumir su libertad.

Mientras mas las golpeemos, más apretará el paso rumbo a su autonomía. Por siglos las mujeres dependieron del mundo y el sustento masculinos. Existían millones de Scherezadas que noche a noche tenían que inventarle algo a su sultán particular para ganarse un día mas de vida.

Con profunda pena participo al sector masculino que Scherezada ha fallecido.

No habrá que llorarla; habrá que festejar el advenimiento de una mujer a la que no le interesa ser esclava, sino que ha preferido 'ser' y esto implica cultura, mundo, audacia, proyecto de vida y total ausencia de temor a la soledad, esa que todavía hace algunas décadas, era el fantasma que aterrorizaba a las mujeres.

Ya no, ahora ellas deciden lo que quieren ser, como quieren ser y con quien quieren ser.

Ahora de modo incontenible, vienen ocupando espacios en la vida pública que por tanto tiempo les estuvo vedada. La independencia y la seguridad que han adquirido les permiten mostrar sus enormes dotes para la planificación, para el manejo organizado de la economía, para el uso sensato de la autoridad y para la negociación tersa de los diferendos nacionales e internacionales que siempre surgen en la vida pública. Ni modo, muchachos: ahora nos toca descansar y tejer.

¿Quieres acercarte a una magnolia de acero? Tendrás que aprender y practicar las únicas 'debilidades' de las mujeres. Son tres:

La ternura, La libertad para reír francamente o llorar sin recatar su pena y la absoluta disponibilidad ante la belleza.

Estos y no la violencia son los únicos caminos legítimos para llegar al corazón de la mujer. No hay tiempo que perder, el florecimiento de la mujer implica el del mundo y el de nosotros.

No temas florecer.


Una Botella en el Mar

He ido por la vida descubriendo misterios, algunos que no hubiera querido nunca encontrar, y deseando descifrar los recovecos de mi vida que me pudiera traer el mar.

He caminado tantas veces por la playa, perdiéndome entre los pensamientos que a veces trae mi pesar, y poco a poco me he ido relajando cuando al ver la inmensidad y su profundidad, abriéndose desde lejos, ante mis ojos, un mágico horizonte lleno de esperanza, ecos de brisa que trae hasta la orilla de la playa, y los tantos corales y conchas perdidas que puede uno encontrar.

Mar, estás tan cerca y a la vez tan lejos... te veo en toda tu majestuosidad, te he visto mostrar lo grandioso que eres, y he visto la calma que también posees... Es hermosa tu espuma, la fresca brisa que refresca mi rostro, y el viento impetuoso que me sigue al caminar. Tu ruido es eterno, escucho como rompe el silencio, pero a la vez escucharte me produce cierta paz...

Entre mis sueños, he visto una botella flotar. Cuando camino por la blanca arena la busco sin cesar, alguien me dijo en un sueño, que la mar me traería la respuesta a todos los misterios que en la vida están...

Se que alguien los escribió para mi, se que algún día la he de encontrar...