jueves, 2 de septiembre de 2010

Germán Dehesa...

Hoy es un día triste... el cielo no tiene estrellas... las voces callaron... el ruiseñor voló lejos...

Se fue un gran hombre, un orgullo mexicano, alguien a quien admiré porque no sólo hablaba con la razón, sino más bien, lo hacía con el corazón... siempre tuvo la palabra acertada, la opinión que hacía reflexionar... y dijo lo que tenía que decir... y lo hizo con mucho talento...

Le dejo mi cariño, admiración y mi respeto... Descanse en Paz, Germán Dehesa...

Comparto un escrito que me gustó mucho...



Todo esto escrito por un hombre...


Por Germán Dehesa


Por mucho, la gran novedad de nuestra época es la incontenible irrupción de las mujeres, están imparables y me atrevería a decir que vienen en un plan muy pelado.

No necesito decirles que hay un rencor de siglos que ya forma parte de su programa genético. Precisamente por esto repito una vez tras otra que, en este momento de la historia, a los hombres lo que nos corresponde es pactar con las mujeres una rendición honrosa, antes de que literalmente se nos venga el mundo encima.

Si en la negociación conseguimos conservar para nosotros el control de la tele, nos hemos de dar por bien servidos y ya ni llorar será bueno. Agarren lo que se pueda y traten de portarse bien, pues de otro modo perderán lo poquito que hayan pepenado.

Es urgente que los hombres entendamos que las mujeres son insumergibles e indestructibles; son, como las nombra una película no demasiado buena pero dedicada a ellas, 'Magnolias de Acero'. Es decir, poseen las aromadas características de una flor, pero también la enorme resistencia del metal; todo lo embellecen y todo lo resisten. Por esto es inútil, absurda e inmoral la exacerbación de la violencia masculina contra la mujer.

Es una canallada que lo único que esta mostrando es lo amenazado y temeroso que se siente un hombre frente a una mujer que ha decidido mostrarse, aprender, prepararse y asumir su libertad.

Mientras mas las golpeemos, más apretará el paso rumbo a su autonomía. Por siglos las mujeres dependieron del mundo y el sustento masculinos. Existían millones de Scherezadas que noche a noche tenían que inventarle algo a su sultán particular para ganarse un día mas de vida.

Con profunda pena participo al sector masculino que Scherezada ha fallecido.

No habrá que llorarla; habrá que festejar el advenimiento de una mujer a la que no le interesa ser esclava, sino que ha preferido 'ser' y esto implica cultura, mundo, audacia, proyecto de vida y total ausencia de temor a la soledad, esa que todavía hace algunas décadas, era el fantasma que aterrorizaba a las mujeres.

Ya no, ahora ellas deciden lo que quieren ser, como quieren ser y con quien quieren ser.

Ahora de modo incontenible, vienen ocupando espacios en la vida pública que por tanto tiempo les estuvo vedada. La independencia y la seguridad que han adquirido les permiten mostrar sus enormes dotes para la planificación, para el manejo organizado de la economía, para el uso sensato de la autoridad y para la negociación tersa de los diferendos nacionales e internacionales que siempre surgen en la vida pública. Ni modo, muchachos: ahora nos toca descansar y tejer.

¿Quieres acercarte a una magnolia de acero? Tendrás que aprender y practicar las únicas 'debilidades' de las mujeres. Son tres:

La ternura, La libertad para reír francamente o llorar sin recatar su pena y la absoluta disponibilidad ante la belleza.

Estos y no la violencia son los únicos caminos legítimos para llegar al corazón de la mujer. No hay tiempo que perder, el florecimiento de la mujer implica el del mundo y el de nosotros.

No temas florecer.


Una Botella en el Mar

He ido por la vida descubriendo misterios, algunos que no hubiera querido nunca encontrar, y deseando descifrar los recovecos de mi vida que me pudiera traer el mar.

He caminado tantas veces por la playa, perdiéndome entre los pensamientos que a veces trae mi pesar, y poco a poco me he ido relajando cuando al ver la inmensidad y su profundidad, abriéndose desde lejos, ante mis ojos, un mágico horizonte lleno de esperanza, ecos de brisa que trae hasta la orilla de la playa, y los tantos corales y conchas perdidas que puede uno encontrar.

Mar, estás tan cerca y a la vez tan lejos... te veo en toda tu majestuosidad, te he visto mostrar lo grandioso que eres, y he visto la calma que también posees... Es hermosa tu espuma, la fresca brisa que refresca mi rostro, y el viento impetuoso que me sigue al caminar. Tu ruido es eterno, escucho como rompe el silencio, pero a la vez escucharte me produce cierta paz...

Entre mis sueños, he visto una botella flotar. Cuando camino por la blanca arena la busco sin cesar, alguien me dijo en un sueño, que la mar me traería la respuesta a todos los misterios que en la vida están...

Se que alguien los escribió para mi, se que algún día la he de encontrar...


domingo, 22 de agosto de 2010

¿Y ahora qué?




¿Y ahora qué?


¿Qué decir, si no tengo ya palabras?

¿Qué pensar, si los pensamientos se fueron a la nada?

¿Qué sentir, si el sufrimiento ganó la batalla?

¿Qué hacer, si los hechos ya no me dicen nada?

Si diciendo, pensando, sintiendo ni haciendo…

 lograré ya nada…

Ruth L. Acosta

martes, 27 de julio de 2010

Mi Musa me ha pedido un descanso...


Mi Musa Caprichosa...

Vaya… que no me había pasado… mi Musa me ha dicho -"Con tu permiso... pero necesito un descanso"-, se ha puesto en huelga, la muy ingrata… Varias veces le he pedido, en todas las maneras posibles, que se siente a escribir conmigo, como tantas veces lo hemos hecho juntas… no valieron en nada mis súplicas, y me dijo que lo único que hoy quiere es un respiro… que a veces la ataranto…





Me ha pedido que le de su espacio, que ella tiene derecho al suyo, y que es igual de íntimo que el mío… No tuve más remedio que concedérselo. La vi, cómo resuelta ha tomado su equipaje, metió dos ó tres prendas, me dijo que a donde se dirige no necesita muchos vestidos. No me dijo a donde iba, supuse que al mar ó a la luna, a donde a las dos nos gusta… para donde corremos en momentos de emergencia, cuando el alma ya no puede seguir por si sola…

Mi Musa es especial y merece todo mi respeto… la necesito, pero la quiero aquí sólo si es su deseo estar conmigo… de otro modo, no lo disfrutaría… no me gusta forzar las cosas, ella lo sabe, si alguien me entiende, es ella, quien ha vivido tantos años conmigo…


La conocí cuando era muy pequeña, una tarde de domingo, en la plaza de mi vecindario, cuando un maestro me dejó como tarea, un escrito… ahí fue cuando se presentó conmigo y nunca me había dejado, nunca me pidió una tregua, así que supongo que es un descanso necesario…Trataré de ser paciente y respetar su silencio…


Musa de mi alma… sabes que cuento contigo… que sin ti, no soy nada y contigo, llego hasta el infinito…


PD: Santi: Espero que tu muso no haya venido a alborotar a mi musa, ya se que el tuyo, el muy travieso, es una amenaza… la mía, todavía es muy recatada y la pobre, no advierte el peligro…



jueves, 22 de julio de 2010

Escrito en una tarde de lluvia...

Escrito en una tarde de lluvia...

Es una tarde un poco fría, me gustan las tardes frías y lluviosas… esas que hacen que te relajes viendo caer las gotas y cuando la brisa fresca te llega cargada de gotitas en la cara… cuando el viento humedecido te despeina, cuando parece que te habla… que te trae todos los secretos, cuando el aire pesa porque lleva todos los misterios… me gusta resolverlos y arreglar el mundo en esos segundos…

Los árboles están contentos, es como si lo festejaran, el color les cambia, quedan totalmente rejuvenecidos, me gusta ver como el viento mece sus hojas y parece que bailan al compás de una bella melodía... me encanta mirar las calles de la ciudad en las noches, ya que la lluvia pasa, cuando las luces se reflejan en las avenidas, parece que nos invitara a dar una caminata…

Mientras cae la lluvia, me gusta sentarme envuelta en una manta en el porche de mi casa, con una bebida caliente entre mis manos, la que está humeando en la espera de ser disfrutada…

Cuantos pensamientos llegan a mi mente, no se me antoja otra cosa que no sea meditar, tratar de reflexionar un poco, tengo tanto en que pensar… tantas cosas que poner en orden ó tomar la decisión de dejarlas por fin a que tomen su camino…

Hago un rápido recuento de mi vida, sonrío… me doy cuenta, que a pesar de todo, las cosas no están tan mal… he sufrido, llorado, pero también he sonreído, cantado, y además disfrutado… Me gusta ser yo, creo que a final de cuentas, no me cambiaría por nadie, ni mi pasado, ni mi presente, y mucho menos mi futuro, espero estar ahí para vivirlo, para seguir aprendiendo… Oh! Porque cuanto me falta por aprender, aunque me doy cuenta que el camino recorrido, es el que yo hubiera escogido… cuanta calma, cuanta paz, cuanta dicha, cuanta agua!…

domingo, 18 de julio de 2010

Mi Adorada Mamá Ruth



Mi Adorada Mamá Ruth


Hay sentimientos que definitivamente no son fáciles de compartir, hay historias personales que uno se guarda en lo más profundo, quizá, porque dicen todo de uno. Me he guardado tantos años, muy profundamente en mi corazón y en mi mente, el recuerdo de mi Maravillosa Abuela Materna, la Mtra. Ruth Hernández Duarte, de quien heredé no sólo el nombre, sino el gusto exquisito de muchas cosas que ella hacía y disfrutaba a plenitud.

Me siento un poco nostálgica, es por lo general, cuando la extraño más. Con ella viví gran parte de mi infancia y unos cuantos años de mi entrada adolescencia. Fueron los años más felices de mi vida que recuerdo. Dejó tanto en mi persona, creo que en gran medida, soy lo que soy, gracias a ella. Así que ya saben a quién reclamar.

Ella vivió algunos años sola, bueno, no precisamente sola, ya que vivía con ella mi tío el menor, pero como todo buen joven estudiante y quien en ese entonces estaba en el pleno disfrute de su soltería, pues ella estaba sola la mayor parte del tiempo. No le gustaba dormir sola, eso es sólo una de las pequeñas cosas que heredé. Pero recuerdo, como si fuera ayer, que dormir con ella era una grata experiencia. Siempre había algo que contar, era yo una niña, y tengo tan presente, que me platicaba cosas que a veces yo no entendía, pero que ella con ejemplos, me escenificaba completamente su relato.

Me maravillaba cada noche, ya que eran noches mágicas, llenas de historias, en ocasiones, en su gran mayoría, me contaba fábulas, todas con una moraleja al final, recuerdo que alguna vez le pregunté si realmente se las sabía ó si las inventaba en el momento, porque no recuerdo que haya repetido alguna, otras noches, me contaba historias bíblicas, y a veces me hacía memorizar Salmos y Proverbios, recuerdo que no nos dormíamos sin antes agradecerle a Dios, y siempre me pedía que orara por las dos y en voz alta, le gustaba escucharme cuando hablaba con Dios, no sé porqué... incluso, recuerdo que algunas noches cantamos juntas algún corito cristiano que yo desconocía y otras tantas me contaba de su pueblo y sus andanzas de jovencita, pero lo que más recuerdo, es un cuento que me contaba, el cual le pedí que me lo relatara muchas veces, porque lo hacía de un modo, que llorábamos las dos de la risa, me encantaba su risa, la tengo muy presente...

Era una Señora, una dama en toda la extensión de la palabra, quien le tocara la mala fortuna de que mi abuelo la abandonara, pero esa es otra historia que me voy a reservar por respeto a su memoria. Tuvo seis hijos, tres mujeres, una de ellas mi madre y tres varones, le tocó conocer a sus 16 nietos. Ella fue maestra de educación primaria, ya estaba jubilada cuando yo nací, la recuerdo tierna, inteligente, discreta, sumamente prudente, alegre, respetuosa, amable, trabajadora, regañona (cuando lo merecí), y la recuerdo juguetona.

Como toda buena maestra, me dejó claro la importancia que tiene, para una persona tener una buena ortografía, -"Dice mucho de la persona"- me decía, y recuerdo que en las tardes, se sentaba en su mecedora y se ponía a tejer, me sentaba yo a sus pies en el suelo, tenía yo en ese entonces como siete u ocho años, y como una especie de juego, me dictaba palabras, las más difíciles que se le pudieran ocurrir, era una lista de 20 palabras, al final me las revisaba y me hacía hacer planas completas cuando era necesario corregir algún error ortográfico, suena raro, lo sé, pero me gustaban esos momentos, me encantaba el hecho de que dedicara su tiempo a enseñarme cosas. La lectura era otra de sus pasiones, tenía un librero en su sala de estar, el cual estaba lleno de cosas maravillosas y de libros, por supuesto. Me recuerdo tantas tardes escudriñando su librero, con regalos que mi tío Rubén le traía de sus innumerables viajes por el mundo, pero también le traía libros, fue entonces, donde empezó mi gusto por la lectura. Ah! pero también me regaló una biblia, la primera, era, sin duda alguna, su libro favorito, el cual leía sin falta un capítulo todas las noches.

Recuerdo como no se cansaba de decirme que todo lo que yo quisiera en ésta vida lo podía lograr, que era cuestión de que lo deseara de corazón, le echara muchas ganas, pero sobre todo, que lo hiciera en el nombre de Dios, que cuando alguna vez, titubeara en mi camino ó tuviera miedo por alguna razón, que me bastaba con decir las palabras mágicas y todo estaría resuelto "Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece".

Mi abuela era cristiana, toda su familia lo era y lo seguimos siendo. Tenía la costumbre de asistir a la Iglesia Bautista, los miércoles en la noche al Servicio de Oración, en donde siempre la acompañaba, por lo menos dos horas, recuerdo que alguna vez, siendo yo muy pequeñita, me quedé dormida, en medio de la oración, error, era lo peor que se me hubiera podido ocurrir, fueron las veces que recibí de ella un gran pellizco, el cual me sacaba hasta las lágrimas, era para ella un lugar en donde tenía que guardar absoluto respeto y me lo hacía saber a cada rato, pero con dos pellizcos fueron suficientes para que entendiera. Íbamos también los domingos en la mañana y en la tarde, aunque después empecé a asistir, pasados unos cuantos años, los miércoles, sábados en la mañana y en la tarde y los domingos a ambos servicios... sí, me imagino lo que les pueda pasar por la mente, pero realmente, fueron esos años muy especiales para mi, las bases ahí están, muy bien aprendidas.

Vivía en una casa enorme, la recuerdo enorme, no sé si la veía yo así porque era pequeñita, pero a la hora de hacer el aseo, vaya que la encontraba de grandes proporciones, entre las dos hacíamos la limpieza. Me recuerdo en esos días, y me impresiono, de que era tan grato para mi todas esas experiencias. Tenía un gran jardín en su patio trasero, recuerdo que a la entrada de su casa, se podía ver un largo pasillo que conducía hasta el patio, desde donde, al fondo se apreciaba su hermoso y verde jardín. Tenía su casa llena de plantas, las cuales cuidaba con esmero, en su patio tenía, recuerdo, un enorme gallinero, en donde tenía gallinas ponedoras, gallos, gallinas japonesas, codornices, patos y hasta un pavorreal, el cual, lo tuvo poco tiempo; pero también tenía una jaula en donde tenía conejos, creo que ella misma no sabía cuántos había exactamente, porque hacían cuevas y de repente salían sin parar, recuerdo que era lo que más me gustaban. Le encantaban las aves, tenía además muchos, muchos pájaros. Tenía una enorme jaula en donde había, si mal no recuerdo, casi 100 canarios de diferentes colores, blancos, amarillos de diferentes tonalidades y hasta canarios mariposa, esos los recuerdo porque eran de diferentes colores, ya no me ha tocado ver otros; tenía también dos loros, de esos que hablan y que le llamaban por su nombre "Rrrrrrut"; y como olvidar aquel chonte, los periquitos del amor y su preferido, el cadernal, un pájaro rojo con los pelos parados. La recuerdo todas las mañanas, cantando uno de sus coritos preferidos, siempre cantando y limpiando las jaulas, ella unas, yo otras, me gustaba escucharla, mientras les preparaba el alimento especial a sus queridas aves... como no recordarla cuando veo alguno de esos animalitos...




Aquí estoy en el patio, con uno de los conejos y "catita" su perrita pequinés, tenía yo como cinco años.

Vaya, como olvidar esas largas trenzas que me hacía mientras comía el desayuno tan delicioso que me preparaba, ah! pero como olvidar los jalones que me daba, cuando estaba yo deteniendo con una mano mi cabeza, medio dormida masticando lentamente mi comida... y me decía, -Ándale tortuga, que se te va a hacer tarde para ir a la escuela...- desde siempre he sido lenta y malísima para comer, aunque lo poco que como, lo disfruto.
He aqui mi abuela con uno de sus conejos.

Recuerdo que siempre tenía algo que hacer, tenía un delicioso sazón para la comida, aunque mi madre, heredara el sabor de sus tamales, pero esas empanadas de higo que ella horneaba y sus deliciosas tortillas de harina, jamás las volveré a disfrutar, no con su sabor, era una magnífica cocinera, aunque recuerdo que si tenía una regla que se autoimpuso y seguía al pie de la letra, ella no cocinaba los domingos, era su día de descanso y era cuando nos reuníamos toda la familia, sin faltar uno sólo. Ah! que días aquellos... que hermosos recuerdos...

Ella hacía magia con sus manos, tejía, bordaba, hacía un sin fin de trabajos manuales, artesanales, diría yo, recuerdo que me enseñó a tejer, con gancho y aguja, tejía desde cobertores, manteles, capas, sombreros, bufandas, zapatos (si, unas chanclas divinas), tenía el talento de ver por dos segundos un tejido que le gustaba, incluso en la televisión y lo sacaba igualito. Recuerdo que tejió para mi un suéter rosa muy bonito, una capa y varios gorritos.

Hacía con sus manos, unos árboles bonsai de chaquira y lentejuelas, en donde le ayudaba a ensartar los diminutos canutillos y en donde pude ver, paso a paso, como terminaban siendo un esplendoroso árbol aquellas tiras de canutillos y lentejuela, tengo uno sólo, y lo conservo como un gran tesoro. Algún día me animaré a hacer los míos.

Tocaba el piano, cantaba divino, recuerdo que muchas tardes nos sentábamos las dos y ella tocaba su pequeño órgano que le regalara mi tío Rigoberto y que tenía en la sala de su casa, y las dos cantábamos al unísono... no era una gran pianista, pero para mí, era la mejor de todas.

Tenía yo recién cumplidos mis doce años, ya estaba en secundaria y mi mamá me llevó a casa, me puso en otra escuela, pero los viernes en mediodía, yo tenía ya lista mi maleta y salía corriendo a casa de mi abuela y pasaba con ella los fines de semana.

Era mi mejor amiga, mi madre, mi abuela, mi maestra, mi ejemplo, mi orgullo, mi confidente... era increíble lo bien que me entendía, en aquellos días, me gustaba un chico de la iglesia, y me dió por maquillarme, ponerme mis zapatillas de tacón alto y me peinaba de diferentes maneras, recuerdo que ella me prestaba su perfume y su maquillaje, algo que a mi mamá no ponía muy contenta, ese fue uno de los pocos motivos que las escuché discutir por mi causa, y tengo tan presente que mi abuela le dijo -Déjala, quiero ver como se va a ver de "muchacha", (de jovencita, quería decir), porque no alcanzaré a verla... - y no se equivocó... murió once días después de que yo cumpliera mis trece años...

Se acabó mi mundo... ha sido el dolor más grande que me ha tocado vivir en toda mi vida... tardé muchos años en entenderlo y otros tantos en aceptarlo. Los primero años me fue difícil hablar de ella, bueno, no lo hice, me dolía en el alma, y cuando escuchaba a alguien de mi familia que la mencionaban, me ponía muy mal. Pasaron más de 10 años para que finalmente yo pudiera hablar de ella sin romper en llanto. La he extrañado cada día de mi vida, y más en una fecha especial, en los momentos malos y sobre todo en los buenos... he buscado sin cesar su consejo, su abrazo, su beso, su bendición que nunca me faltó... Ahora pueden entender, que no es fácil para mi compartir esto, pero necesitaba hacerlo, de algún modo, cuando la recuerdo, siento que la tengo a un lado mío... bendiciéndome desde esa estrella, la más brillante de todas, y desde ahí me sonríe...

viernes, 16 de julio de 2010

¿Sigo Soñando?


¿Sigo Soñando?


¿Que es esto? ¿Acaso estoy soñando? Tener la luna en mi cabeza y estrellas en mi mirada, es un estado habitual en mi... Sueño dormida, sueño despierta... Sueño con un mundo mejorado, apacible, repleto de gente afable... ¿Estaré entonces conectada a otro mundo?


Si, la realidad es otra, pero no pierdo la esperanza, algún día, al encender la radio, encontraré noticias que alegren; al salir a la calle, encontraré en cada esquina sonrisas y niños jugando por doquier y la calma volverá a reinar nuevamente, como fuera hace... no, no tengo el dato preciso.


Quiero pensar, que alguna vez en nuestra historia, hubo un mundo diferente, ese mundo con el que sueño, porque está tan claro delante de mis ojos, no creo haberlo inventado... no tengo tanto talento, pero si una gran esperanza. Algún día... estoy segura.

martes, 13 de julio de 2010

Mi Querido Jorge


Jorge Sandoval Chávez



Cuando me hubiera imaginado que aquél compañero de clases tan atento, tan inteligente y callado, con aquella mirada de niño, no era sino un reconocidísimo Doctor en Óptica, con Maestría en Óptica y una brillante Licenciatura en Física, un excelente maestro distinguido de la carrera de Físico-Matemático de la Universidad de Sonora, fuera aquel sencillo compañero de clases de la materia Administración de Operaciones, que por fortuna me tocara compartir durante mi paso por la universidad.


Emilia Ezrré, compañera y amiga de la universidad, con quien me tocó compartir varias materias en la carrera, coincidimos en esa y conocimos a nuestra querida "Patita" Patricia Arrizon, con quien nos reuníamos para compartir dicha materia en nuestro salón de clases, un día de tantos nos tocó hacer un trabajo en equipo en casa de Patita, y fué que nos enteramos que Jorge, nuestro compañero de clases, era el amado esposo de Patita, quien la acompañaba en sus clases para apoyarla, como lo hiciera toda su vida, tenía no sólo Patita quien le volviera a explicar la clase, sino también nosotras, algunas veces me percaté que Jorge no estuvo muy de acuerdo con algunas explicaciones del maestro, pero él nos explicaba la forma correcta fuera del salón, era muy prudente y nunca contradijo al maestro, siempre fue muy respetuoso en ese sentido, hubo una sóla vez, en que recuerdo que el maestro, quien sabía perfectamente quien era su alumno, le consultó una duda y Jorge se levantó y lo explicó claramente para todos los compañeros. Fué el inicio de lo que resultara una entrañable amistad, "Los Cuatro Mosqueteros", quienes a partir de entonces, compartiríamos los mejores y más importantes momentos de nuestras vidas.


Nunca olvidaré a Jorge, quien se convirtió en un gran amigo, me tenía una gran estima, me lo dijo y lo demostró en inumerables ocasiones. Recibí de él, de manera inadvertida y desinteresada un apoyo tan grande, que nunca encontraré las palabras suficientes para agradecerle. Continuó por mucho tiempo, apoyándome en mis exposiciones de otras materias, en donde ya no éramos compañeros de clases, y lo curioso era que siempre se mostró muy preocupado y ávido de ayudar. El cariño era recíproco, él lo sabía, y claro que siempre contó con mi apoyo incondicional, Él y Patita, con quien continuó una gran amistad.


Él se entregaba por completo a sus amigos, tuvo cientos de ellos, tenía la bella manía de festejar los cumpleaños, tenía pocos alumnos y rápidamente se hacía amigo de ellos, esas carreras se caracterizan por la baja afluencia de alumnos, seguramente porque se necesita gente con "mucho seso"; y tuvo siempre el hermoso gesto de festejar el cumpleaños de cada uno de sus alumnos, en su casa. Fuí a su casa muchas veces, y era curioso observar, que aún teniendo una casa tan enorme y hermosa en la que vivía, así como los carros más lujosos y equipados, siempre conservó la sencillez en su persona, y la modestia de caminar largos trayectos toda su vida, nunca manejó, simplemente porque disfrutaba caminar, prefería ser copiloto y disfrutar el recorrido.


Lo recuerdo muchas veces siendo el anfitrión perfecto en nuestras veladas de "Los Cuatro Mosqueteros" en su casa, nos servía amablemente las botanas y el vino que nunca faltó en su mesa. La calidez, ternura y simpatía siempre estuvieron presentes en él, era una persona de sanas ocurrencias, con la sonrisa siempre en sus labios, y siempre vi en él, la inocencia de un niño. Era amante de la naturaleza, pero sobretodo de los animales, tenía cuatro perritos, una poodle, la consentida, tenía también como 15 gatos, recuerdo que comentó que recordaba que tenía cuatro gatas y tuvieron cada una sus tantos gatitos, cada uno con su nombre, los adoraba, se quedó con todos, tenía seis pavorreales y dos o tres aves del paraiso en su patio. Recuerdo que todos sus animales, incluyendo los pavorreales, estaban en total libertad, podían ir y venir, claro que un pavorreal salió volando y no regresó, creo que perdió el camino, y le pudo, ó alguien se lo quedó, ya que uno a uno los animales llegaban por si solos a su hogar, les compraba la mejor comida, sacos enteros, me tocó comprobarlo varias veces. El patio de su casa es enorme, lleno de animales y plantas, en donde compartimos muchas cenas y cumpleaños, los cuales fueron todos inolvidables momentos.


Su partida fué muy sentida y difícil, no sólo para Patita y Jorge su hijo, quienes tenían un Ángel en casa, sino también para nosotros sus amigos.


Él era el Director del Área de Laboratorios, en el Depto. de Física. Recuerdo que en una de tantas ocasiones que lo visité en su oficina, estaba yo trabajando en su computadora, complementando un trabajo en equipo, recuerdo que esa tarde trabajamos Él y yo árduamente, y por cierto que ese trabajo, fue uno de los mejores. Repentinamente se levantó y observé que estuvo preparando con toda la calma, de que él hacía gala, varias luces y demás, que en su momento no entendía, pensé en mis adentros "seguramente tiene mucho trabajo" y seguí con lo mío. De pronto fue por mí, y Ah! Que hermosa sorpresa!!... Me dijo, -Tengo algo que quiero mostrarte- Apagó la luz, y encendió otras... Dios Mío... lo que vieron mis ojos! Me mostró algunos de los experimentos que él hacía, -Esto es lo que hago- me dijo. Y pude ver como se reflejaba, no como una sombra, sino una especie de fotografía de un foco que prendió en una hoja de papel blanca, fue algo impresionante, nunca entendí como logró eso... claro que estuvo explicándome porqué el efecto en el papel, con palabras que no pudiera repetir nunca; me mostró una línea de luces de rayos X y/o rayos Gamma, que unía unos con otros, cruzándose entre sí, con los cuales logró que un objeto se reflejara en otra parte de la habitación, y no sólo eso, sino que lo veía a tercera ó cuarta dimensión, era un cubo, que podía ver perfectamente sus cuatro lados, al moverme un poco, y era el reflejo de una fotografía, simplemente increíble!! Recuerdo también que al poner enfrente de mi una pelota que flotaba en el aire, me dijo -Agarra la pelota-, juro que traté y traté, era un pelota tan real, veía flotar la pelota a unos centímetros de distancia, pero por más que lo intenté nunca lo logré, recuerdo que se rió mucho de mi cara de asombro, y me dijo -Yo hago sólo el siguiente trabajo de equipo, si logras agarrarla -, claro que lo volví a intentar, pero fué prácticamente imposible. Después de reirse un rato de mi, me dijo el secreto. Eran dos especies de platos, que en realidad eran dos espejos cóncavos, uno sobre el otro, el de arriba con un agujero en el medio, y claro, adentro estaba la pelota que se reflejaba en el aire... Como olvidar ese hermoso detalle que tuvo conmigo...


Fueron pocos años los que me tocó compartir con Él y su familia, pero que los he de atesorar en mi recuerdo, hasta el día que me toque reencontrarme con Él, en el Cielo, el cual ya era su hogar desde antes. Dios sólo nos lo prestó, para recordarnos que existen personas tan ó más maravillosas que un Ángel.


Cada 14 de Febrero, día que me tenía presente, siempre me llamaba para felicitarme y agradecer mi amistad, recuerdo que el primer 14 de febrero después de su partida, me dió tanto sentimiento, cuando en un momento de distracción, estuve esperando su llamada, y de pronto me dí cuenta que ya no estaba con nosotros... sentí que alguien apretaba fuertemente con un puño mi corazón, me dolió en el alma.


Comparto algunas de sus notas, que me escribió desde su laboratorio...


Jorge Sandoval Chavez
Departamento de Física
Universidad de Sonora


Que tal Ruth, como estás. Los esperamos por acá, vengan cuando gusten. Nomás háblale a la Paty, ya sabes que ella siempre anda corriendo para todos lados. Nuevamente, Felicidades.
Saludos
Enviado:lunes, 05 de junio de 2006 10:27:21 a.m.
Para:acostahtur@hotmail.com


Jorge Sandoval Chavez
Departamento de Física
Universidad de Sonora


Hola Ruth. Te mando saludos desde mi laboratorio. Felicidades, me dijo un pajarito que te habían comprado auto nuevo. Haber cuando le damos el remojo. Vayan a la casa antes de irse de vaciones. Hasta luego y nuevamente, felicidades.

Saludos‏
Enviado:martes, 28 de marzo de 2006 08:34:48 a.m.

Jorge Sandoval Chavez
Departamento de Física
Universidad de Sonora

Hola Ruth, BUENOS DIAS. La presente va con la única finalidad de saludarte. Espero que te la estés pasando muy bien en compañía de tu familia. Espero que en tus materias vayas al 110%. Hasta pronto.


pregunta‏
Enviado:lunes, 31 de octubre de 2005 07:49:42 p.m.


Jorge Sandoval Chavez
Departamento de Física
Universidad de Sonora


Hola Ruth, recibí y vi tus correos, están muy bonitas. Gracias.Ruth, como ahora no hubo clase en el edificio 9Q2 (me dijo la Paty), me imagino que se pospuso la exposición. Me gustaría que me dijeran para cuando es. Estamos en contacto, me saludas a la Emilia. Hasta luego.


Gracias Amigo, estarás siempre en mi recuerdo...



PÁGINAS QUE HACEN REFERENCIA A JORGE SANDOVAL CHÁVEZ
http://www.cifus.uson.mx/Personal_Pages/rodolfobernal/revistadefisica/200601/65.pdf
http://groups.google.com.mx/group/materialesunison/msg/811cdf39e8e344bchttp://paginas.fisica.uson.mx/concurso.regional/semblanza.html http://www.universia.net.mx/index.php/news_user/content/view/full/47348/


Escrito en Memoria del Dr. Jorge Sandoval Chávez,
con todo respeto y cariño, Ruth L. Acosta

lunes, 12 de julio de 2010

He decidido seguir creyendo...



Decidí Creer...

Tengo desde hace tiempo la manía de creer en la gente, de confiar plenamente y dar por hecho de que los seres humanos tenemos la tendencia a hacer y buscar el bien, no entendería nunca los motivos que empujaran a alguien a actuar de otro modo, creo que no existe la justificación perfecta y mucho menos justa de pretender el sufrimiento de alguien, el lastimar consciente ó inconscientemente a otra persona, por mucho que no podamos estar de acuerdo con ella, eso no nos da derecho de provocarles algún mal. Sé que no somos perfectos, y que podemos equivocarnos muchas veces, nadie tiene la medida de la bondad que sea suficiente y exacta para entregar al mundo, sin caer en el martirismo ni las falsas entregas, ser sólo uno mismo, sin entrar en conflicto con los demás y sobre todo siendo útil, cuando seamos requeridos.

Alguien me advirtió una vez, -"No toda la gente es buena, no confíes tanto en los demás"-, lo más lamentable de todo, es que ese alguien se puso como ejemplo, pero lejos de sentirme decepcionada con el mundo, decidí entender que todos nos equivocamos y merecemos una segunda oportunidad, para acallar nuestra culpa, y quitarnos todo peso que nos impida ver y darnos cuenta que si existen personas cuya naturaleza está inclinada hacia lo positivo, que busca el verdadero compromiso consigo mismo, quienes tienen un alma tranquila y pueden dormir en paz.

Decidí terminar por entender, que como individuos tenemos nuestros dos lados, el bueno y el malo, que en nosotros está cuál es el que queramos que domine a nuestro ser. Así que seguiré en la busqueda, confiando y creyendo en los demás, sólo porque no pudiera ser de otro modo, las cosas no pueden ser tan malas, aunque también estoy convencida de que cada quien tenemos nuestra verdad, lo que es correcto para algunos, para otros pudiera no serlo del todo y nuestra convicción de los hechos nos hace actuar de cierta manera, pero nunca perdonaré a quien intencionalmente busque agredir en cualquiera de las formas a otro ser humano.

"Pase lo que pase, nunca pases por encima de los demás..."

viernes, 9 de julio de 2010

Lo que es la Vida...

Lo que es la Vida...


Es curioso como conforme pasa la vida, uno va descubriendo cosas, eventos y personas que de alguna manera han sido parte importante de uno mismo. Sucesos que dejan marcas, personas que permanecen para siempre, aún y cuando físicamente ya no están cerca, y cosas, cosas que evocan recuerdos, como las fotografías, que no son sino momentos capturados en un papel; tambien hay historias que pueden ser relatadas al momento de escuchar una melodía ó incluso cosas como un libro ú otros objetos que tienen un valor intrínseco, por todo lo que representan.


He tenido hasta ahora, podría decir, que una vida llena de mágicos momentos, todos ellos especiales, los cuales son tesoros guardados en mi mente. A veces, me encierro en mi silencio, me pierdo en un remolino de ideas y recuerdos, algunos hermosos, otros no tanto, pero que todos han sido parte de mi crecimiento y mi madurez mental.


Tuve una infancia muy afortunada, creo fervientemente, que la infancia de cada persona, es la base de nuestra esencia, es donde nos formamos como el indivíduo que vamos a ser más adelante. Crecí en medio de mucho amor, en una familia con fuertes principios y bases sólidas, en donde no faltan las historias que contar y compartir, en donde a lo mejor faltó la presencia de un padre, que no estuvo ahí físicamente, pero que hubo otras personas quienes compensaron esa falta. No menosprecio el valor e importancia que tiene el padre en el núcleo familiar, al contrario, es una figura que no debe faltar en la vida de los hijos, y no puedo negar la gran falta que me hizo mi padre, más siendo aún muy pequeña. Pero estoy cada vez más convencida de que Dios pone las cosas en su sitio, y le da a cada quien lo que puede tolerar. La vida va compensando unas cosas por otras. He escuchado decir que "la felicidad completa no existe" yo diría que si hay momentos en nuestras vidas en donde tenemos una felicidad plena, en donde nos sentimos realmente relajados, es decir, una de mis mejores etapas fue en la niñez, mi infancia, quizá porque en esos años, iba experimentando cosas nuevas, veía la vida como una novela llena de misterio, me encantaba la idea de ir entendiendo situaciones y porqué éstas se daban. Creo que desde siempre he sido muy observadora, cuido los detalles y saco mis conclusiones, para mi misma, claro, es una forma que encontré de aprender de la vida, de dar a cada situación su justa dimensión, de tomar el lado bueno hasta de los sucesos que no fueron tan agradables, de tomar riesgos, de enfrentar las consecuencias de mis actos.


Estoy ahorita, sentada enfrente de mi computadora, pensando que ha sido de mi vida, que he logrado, que me falta por hacer... y creo que no lo he hecho tan mal, ya que puedo sentir que hay mucho amor a mi alrededor, y creo que eso debería de bastar. Descubrí que tengo una gran capacidad de amar, de comprometerme, y sobre todo de ser yo misma en cualquier escenario que la vida me presente. No soy perfecta, nunca lo he sido, ni tengo la menor intención de serlo algún día, no en este mundo, tal vez en el próximo... pero estoy consciente de que me falta por cometer muchos errores, con la premisa de que aprenderé de ellos, pero eso si, serán errores nuevecitos...

martes, 6 de julio de 2010

Mis Medallas y Trofeos


Este relato nace de una historia que me contaron... espero la disfruten...


Estuve un tanto triste... traté de platicar con mi papá esa mañana, como tantas otras y no hubo respuesta de su parte. Me recuerdo con mis compañeros de la escuela, bromeaba con algunos de ellos, haciendo mis habituales chistes y cómo ellos, me los festejaban; trataba de mantenerme contenta, de no pensar en lo que me esperaba en casa. Tengo tres hermanos y una hermana. Mi papá, serio como siempre, sin tomarnos en cuenta para nada, le tuvimos siempre un gran temor, cuando él llegaba, el miedo era todo lo que reinaba. Mi mamá sumergida en los problemas cotidianos que trae consigo el hacerse cargo de cinco niños y la administración de su casa.


Estaba en cuarto grado de primaria, notaba algo raro en mis pies, parecía que tuvieran vida propia. Un día, estando en mi escuela, a la hora del recreo, haciendo caso a ese cosquilleo que sentía cuando veía a los niños correr, se me antojó correr atrás de ellos… los seguí, y sin percatarme vi que rápidamente los dejé detrás. Para mi sorpresa mi maestro de física me estaba observando, y me invitó a que entrara en una competencia de carreras, que se iba a dar en la escuela, contenta porque alguien notó mí empeño, acepté enseguida. Al fin era tomada en cuenta…


Y así, de pronto, me encontré en la competencia. Empecé a hacer calentamientos, me estorbaban mis tenis y decidí quitármelos… corrí descalza como “alma que lleva el diablo”, y gané… así empezó mi carrera en atletismo… seguí compitiendo por muchos años mientras estuve en primaria y secundaria. Las competencias eran cada vez más exigentes. Eran cada vez más metros… empecé a recibir reconocimientos especiales en mi escuela… siempre mi familia estuvo enterada de mis logros, y para mi tristeza, nunca me acompañaron, ni siquiera a recibir mis premios… Llegaba con mis medallas y trofeos a mi casa, y a nadie le importaba, tenía una caja de cartón en donde guardaba con mucho cariño las muestras de mi esfuerzo, la caja estaba llena. Nunca recibí una felicitación de parte de mis padres, ni de mis hermanos. Simplemente lo acepté como lo que era, algo muy mío, algo que disfrutaba.


Siguieron las competencias a nivel municipal, entre las diferentes escuelas, después a nivel estado y luego regional. Me había convertido en toda una campeona, a pesar de todo, iba bien en mis estudios, terminé con los mejores promedios e incluso una mención honorífica…


Las competencias empezaron a ser fuera de mi ciudad, era feliz representando a mi escuela, a mi ciudad, a mi estado… los premios seguían llegando… En aquel tiempo mi medio de transporte eran mis dos pies, caminaba mucho, lo disfrutaba… un día, fui por una de mis compañeras de atletismo a su casa, íbamos a ir a entrenar, era una compañera que a duras penas alcanzaba los terceros lugares, recuerdo que no estaba lista, y me hicieron pasar a la sala de su casa… Cuál sería mi sorpresa que al entrar a aquel hogar, vi que estaban colgados, con todos los honores, en la pared principal, las dos ó tres medallas de mi compañera… ví que con mucho cariño, salió su mamá a despedirnos, contenta con su hija “la campeona”, recordándole lo orgullosa que se sentía de ella y le dio sus bendiciones, no pude evitar observarlo, y de pronto me inundó una fuerte nostalgia.


Llegué esa tarde a mi casa, y saqué de debajo de mi cama, aquella vieja caja de cartón y saqué una a una mis muestras que me decían que yo era buena en lo que hacía, clavé unos cuantos clavos en la pared de mi cuarto, y con cariño colgué mis relucientes medallas, acomodé también mis innumerables trofeos en los estantes que tenía en mi habitación… nadie los advirtió…


Recuerdo que un día, la competencia de atletismo regional se iba a dar en mi ciudad, le avisé a mi mamá, aunque en el fondo sabía que eran palabras al aire, a ella no le importaba, pero aún así le dije –mamá, mañana en la tarde competiré representando al estado, las competencias serán aquí, en el deportivo de la universidad.- Al otro día salí a hacer unos trabajos de la escuela, se me hizo tarde, ya casi iba a ser hora de mi competencia y decidí irme al deportivo corriendo, eran tanta mi euforia y mis nervios que atravesé calles y avenidas a tranco largo. Por fin llegué, ya estaban todos en la línea de salida, al verme mi entrenador me dijo –No has calentado, tómate unos minutos- le dije, no se preocupe, vengo corriendo desde muy lejos, lo cual representaba muchos kilómetros recorridos. De pronto me percaté que, entre las filas estaban mi mamá y una tía, después me enteré que llegaron, porque habían ido al centro y les quedaba de paso y decidieron llegar a ver de que se trataba en lo que estaba su hija, así me lo dijeron. Pero fue tanta mi emoción al verlas, “Había ido mi mamá a verme, no lo podía creer”. Me sentía tan nerviosa, ya no era tanto la competencia, sino demostrarle a mi mamá de lo que era capaz… Corrí los primeros cien metros, sin hacer caso a lo que el entrenador me había marcado, las reglas que me sabía de memoria… apreté con toda mi energía… “Mi mamá me estaba viendo”… de repente, me sentí sola en la pista, hice un medio giro a la izquierda y miré sobre mi hombro para ver donde venían mis compañeras… no lo podía creer, venían muy lejos… seguí apretando mi marcha, no lo podía evitar, era tanta mi euforia porque mi mamá estaba presente, por fin, en una de mis carreras… al llegar a la meta, en primer lugar, vi que estaba mi entrenador esperándome... mi vista se nubló, vi todo negro, fue tan grande mi esfuerzo… el alcanzó a tomarme en sus brazos y me dijo –no te detengas, sigue corriendo- así lo hice hasta que mi corazón dejó de latir tan aprisa que parecía que iba a salir de mi pecho, me faltaba el aire… no caía en cuenta de lo que había logrado… de repente, estaba yo esperando la felicitación del entrenador, pero para mi sorpresa, me di cuenta que estaba enojado conmigo… me gritó –¿Porqué hiciste eso? ¿Porqué volteaste hacia atrás? ¿No sabes lo que pusiste en riesgo? Perdiste fracciones de segundo, además de que pudiste haber tropezado y tener una lesión muy fuerte…- Y finalmente me dijo, -Te felicito, has roto la marca nacional. Eres la campeona.-


En mi casa, al parecer nadie advirtió mi triunfo, nadie comentó nada.


Un día, dado que siempre he sido de carácter fuerte, tuve una discusión muy fuerte con mi hermana, recuerdo incluso que nos fuimos a los golpes, y me defendí dándole un puñetazo en su barriga… la dejé sin aire por unos segundos, me asusté y me arrepentí en esos momentos, en eso llega mi mamá y por supuesto que además de darme una buena paliza, me prohibió que siguiera en atletismo… lloré, supliqué que no me apartara de mi amado pasatiempo, no hubo súplica que valiera, no hubo remedio. A los días se presentó mi entrenador a casa, para pedirle a mi mamá que me diera permiso de competir, ya que estaba seleccionada para ir a los juegos panamericanos. No hubo poder humano que hiciera desistir a mi mamá de la decisión ya tomada. Finalmente me olvidé de lo que tanto amaba…


Ese día, con una tristeza atravesada en mi alma, decidí tomar todas mis medallas y trofeos y tirarlos a la basura… pensé, ¿Que caso tienen? a nadie le importa… Y así pasaron varios años. Me olvidé de ello. Hice mi vida, me casé, formé mi familia y me fui a vivir lejos.


Un día llamaron para avisarme que mi padre había muerto, estuvo varios años enfermo de su corazón. Llegué al funeral, cuando ya estaban por poner sus cenizas en el nicho de la iglesia. Me aparté de la gente, no me gustan las condolencias. Llegó un señor, me dijo –¿Tú eres la hija contadora? ¿La ganadora de trofeos y medallas? ¿La que se graduó con honores?, soy el mejor amigo de tu padre, él siempre hablaba de ti, no tienes idea de lo orgulloso que estaba de ti y de tus hermanos…- Tenía razón, no tenía idea, no lo sabía, ¿Como saberlo si él nunca nos lo dijo?


Al otro día de su funeral, mi mamá necesitaba unos documentos de mi padre, recordé que el tenía un baúl donde guardaba las cosas más importantes, lo saqué para ayudarle a mi mamá a hacer algunos arreglos… Dios Mío! No podía creerlo! Estaban en ese baúl todas mis medallas guardadas en una funda de terciopelo que mi papá había mandado hacer para cada una… ¿Cuando las había tomado del basurero? ¿Porqué nunca me dijo? Me di cuenta en ese momento, que aquel señor tan serio, tan reservado, tan fácil para la ira, tan temido por sus hijos, guardaba muy profundamente también sus sentimientos. Sí papá… yo también te quiero.

sábado, 3 de julio de 2010

No lo soñé, así pasó...



No lo Soñé... Así pasó...

Varias veces he recordado, en mi mente y con palabras, lo que me sucedió hace algunos años... de recordarlo me da escalofrío... una sensación que no sentí en el momento, al contrario, sentí una calma después de vivir segundos llenos de angustia, que me parecieron eternos.

Fui al centro de la ciudad, en la tarde para buscar un vestido para la boda de mi hermana, no tenía carro, así que sólo me dejaron y acordamos que me esperarían en un lugar determinado, a unas cuantas calles de la última tienda, donde finalmente hice mis compras. Se me hizo tarde, era media hora después de la convenida... llegó la oscuridad que traen consigo las horas tardías...

Apresuré mi paso, vi las calles semivacías, había poca gente, las tiendas estaban ya cerradas. Pensé, -si no me doy prisa, pensarán que me he ido-... Decidí tomar atajos, crucé calles en donde la oscuridad imperaba... era mayor mi desesperación por que me dejaran.

Di vuelta en una esquina, me detuve repentinamente al ver completamente vacía y obscura esa larga avenida, dudé cruzar por ahí en ese momento, regresarme implicaba tardar más tiempo, decidí hacerlo, le pedí a Dios que la pasara conmigo... tuve temor, cuando al temor rara vez lo encuentro... sentí miedo de sentirlo...

Cuando iba a media cuadra, vi a lo lejos, a través de la oscuridad, a un hombre parado en una esquina recargado en la pared, mi corazón se detuvo, cuando lo vi correr hacia mi... en un segundo lo tenía enfrente, cara a cara, recuerdo que no salió mi voz, quise gritar y no pude, di un paso hacia atrás, intentó rodearme con sus brazos, pero no lo logró, ni siquiera me tocó, lo vi a un centímetro de distancia... pude ver claramente como se desconfiguró su rostro, cuando miró atrás de mi... su rostro estaba completamente perplejo... vi un horror en su mirada, lo escuché agitado, trató de emitir un grito, pero enmudeció y salió corriendo... me quedé ahí parada, por unos segundos... mis piernas aún temblaban, trataba de comprender que había pasado... hasta ahora no lo entiendo.

Mis manos tiemblan en el teclado, de tan sólo recordar ese momento... salí corriendo por mi lado, di vuelta en la esquina y ya me esperaban impacientes... me subí al carro y guardé silencio, no hablé del asunto sino hasta varias horas después... no tenía claro que era lo que había pasado... simplemente dí gracias, y las sigo dando...


No soy dada a buscar conclusiones a lo que escribo... pero en ésta ocasión será diferente, será que después de escribirlo, no he dejado de recordar y agradecer la experiencia...


CONCLUSIÓN 1:
Una de las cosas que quedaron claras para mi, a partir de ese día, es que no importa lo fuerte y segura que me sienta, sé que necesito de la luz, fuerza, protección y bendición de Dios en mi vida, en mi camino... Muchas veces, cruzamos por tiempos difíciles, sorteando todo tipo de pruebas, y como en ocasiones no tenemos la necesidad de luchar, pasamos inadvertido el hecho de que Dios estuvo ahí, bendiciéndonos, en silencio... Siempre necesitaré a Dios en mi vida... y doy gracias porque siempre está conmigo.


CONCLUSIÓN 2:
Hay algo que me he estado preguntado en el transcurso de estos años... ¿Será que mi Ángel de la Guarda está muy feo? ó ¿Será que ese señor se asusta con lo bello? y otra interrogante que tengo... ¿Porqué no se me habrá ocurrido mirar hacia atrás en ese momento?... He pensado que me gustaría encontrarme algún día con este hombre sólo para preguntarle que fue lo que vió, que me contara su experiencia desde su punto de vista... Sólo eso...

jueves, 1 de julio de 2010

Pintura: Mujer en la Ventana de Salvador Dalí.


Mirando por mi ventana...

Estoy en mi habitación, tratando de conciliar el sueño, después de un ajetreado día... los ruidos no me dejan dormir, necesito silencio... decido levantarme y mirar a través de mi ventana... No hay tranquilidad en las calles, puedo escuchar los diferentes sonidos que llegan desde lejos... bueno, después de todo, no es tan tarde... observo... veo pasar un carro y después otro, pasa una pareja tomada de la mano, los miro hasta que los pierdo y terminan como un punto dibujado en el vacío... pasa un joven en bicicleta, me asusto porque veo que no tiene cuidado al cruzar la calle, se le adelanta a dos carros, suspiro al ver que libró el peligro.


Son tantas las historias que podría obtener de cada persona que pasa por mi ventana. Esa señora que viene con dos bolsas de mandado, una en cada mano, ¿Que estará pensando? Quizá lo que tendrá que cocinar mañana, ó simplemente ¿Se estará acordando de su gato? Si yo tuviera uno, seguro lo recordaría... Vienen dos jovencitas que traen consigo una plática que se ve muy interesante, las dos sonríen, se esfuman a lo lejos... Va en aquel carro, no muy viejo, una familia completa, la asumo completa porque son muchos y hablan todos al mismo tiempo, el carro no está limpio, le hace falta una buena enjabonada.


¿Cuál será la prisa que llevan en tantos carros? ¿Porqué el carro blanco se pasó el alto? Hay señales, a veces, no las respetan; no han entendido que son para ellos, para su cuidado, porque hay quienes se preocupan por la seguridad de todos. Tenemos que tomar consciencia, no van por la calle solos... son muchos.


Algún día, saldré con libreta en mano y haré preguntas al aire... ¿Cómo estuvo tu día? ¿Que pendientes tienes para mañana? ¿Que planes tienes para hacer de mañana un día feliz...? ¿Porqué no lavaste tu carro?


Estoy cansada... me iré a mi cama y trataré de conciliar el sueño... leeré un libro que tengo empezado, bueno, son tres libros los que tengo empezados en el buró de mi cama, esperando a que los retome para descansar finalmente en mi librero... trataré de llamarle al sueño, espero que me dejen dormir... que llegue pronto la calma... cerraré los ojos, pidiéndole a Dios por esas vidas que acabo de inventar...

Buenas noches.

lunes, 28 de junio de 2010

Gracias Einar, donde quiera que estés...


Gracias Einar, donde quiera que estés…

No sé porqué insisto en negar que en mi infancia tuve una buena época en donde realmente fui un tanto tímida, creo que la razón de mi negación es que nunca me gustó serlo. Luché para salir de esa condición, aunque en realidad, con quien me recuerdo un poco tímida, es con los niños que eran de mi edad. Siempre he sido reservada, pero nunca seria. Tiendo a hacer amigos con mucha facilidad, pero la mayoría en el sentido formal. Situación que no me agrada mucho, la verdad, inconscientemente termino así, creo que ya está en mí, y finalmente terminé por aceptarlo.

¿A que viene esto? Hace días vi a un muchacho, quien me recordó mucho a un amigo, aunque amigo, no sé si sea la palabra adecuada para nombrarlo. Era un compañero de clases, cuando yo estaba en secundaria. Recuerdo que era muy guapo, simpático con las demás niñas, y además lo recuerdo inteligente, aunque un poco destrampado. Era tremendo, ponía en revolución a todo el salón en un instante. Recuerdo todos los malos ratos que me hizo pasar durante esos tres años en la escuela, fue mi verdadero calvario. No sé, quiero suponer que abusó de mi condición de niña seria. Siempre encontraba motivos para burlarse de mí, siempre tratando de hacerme enojar, y lo conseguía. Era él y tres compañeros más, quienes sólo por seguirle la corriente, me molestaban por igual, pero sólo cuando él se los pedía. Siempre estaban fastidiando y se sentaban cerca de mi. No se quedaba tranquilo hasta que me hacía enfadar, y era cuando finalmente se cambiaba de lugar. Hasta que un día, pasándose de "simpático", realmente me hizo encolerizar, me sacó de mis casillas, y fui a la dirección de la escuela a reportarlo, pues al otro día, ¡Dios Mío… fue peor!...

A partir de entonces, se paraba enfrente de mí, y me hacía un saludo militar, y me decía -¡Sí, “Jefa”!-, y por supuesto que mis otros tres compañeros, de su pandilla, también. Les dijo, -Salúdenla, porque es la “Jefa”, me ha reportado a la dirección-, y a partir de entonces me llamó así, por los tres largos años… fue un verdadero tormento…

En los tres años, hubo una sola ocasión en que tuvo un detalle lindo conmigo. Cuando teníamos exámenes, esperaba a ver donde me iba a sentar, y una vez que yo me acomodaba en mi silla, les decía a mis compañeros, sus amigos, que se sentaran alrededor mío para copiarme; situación que me ponía un tanto incómoda y de nervios, ya que el maestro era muy estricto y sabía que si los llegaba a descubrir, terminaría por quitarme el examen a mí también. Pero no valía en nada que yo me molestara, igual se sentaban cerca de mi. Claro que siempre cuidé de que no me copiaran nada, creo que más bien fue por hacerles el daño. Pues bien, falté un día a la escuela, y al día siguiente, en cuanto me senté, corrieron a sentarse muy apurados a mi alrededor, y me pregunta – ¿Estudiaste “Jefa”?- ¿Porqué?- le cuestioné, -Hoy tenemos examen- me contestó, y muy preocupada le digo –No sabía… no estudié…- y lo que hizo inmediatamente, fue decirle a los compañeros – Vámonos de aquí, la “Jefa” no estudió- y acto seguido se cambiaron todos de lugar y se sentaron lo más lejos posible. La verdad, si me quedé muy triste y preocupada porque no había estudiado.

Me dejaron sola… En eso llega el maestro, y Einar se levantó muy apurado y se sentó enfrente de mí, la verdad que yo estaba ahí, sin hacer nada, creo que esperaba alguna clase de milagro... no había estudiado y mi cabeza estaba completamente en blanco. De pronto, veo que me pasa su examen, totalmente contestado, no lo podía creer… “mi enemigo”, ayudándome… me dio terror tomarlo, pero él insistió, tuve que hacerlo, porque movía la hoja del examen para que yo la tomara, no me quedó más remedio… el maestro podía verlo…Lo copié… (espero que nunca lea esto mi maestro), y en cuanto se lo regresé, lo entregó y salió en silencio del salón, yo estaba todavía ahí sin poder creerlo… Claro que me saqué 100, los dos lo hicimos.

Es un gesto que no he podido olvidar… aún y cuando ha pasado tanto tiempo. Terminado el examen, el siguió siendo el mismo tonto conmigo, no recuerdo haberle agradecido el detalle, nunca me dio la oportunidad de hacerlo, aunque la verdad, ya no lo veía igual. Terminamos secundaria y no lo volví a ver, hasta ahora, no sé que habrá sido de su vida, la verdad si me siento un poco intrigada, pero quien sabe... quizá un día, un gato comerá sandía…


PD: Quiero hacer una importante aclaración... no es que me sienta orgullosa por haber copiado el examen en esa ocasión, copiar nunca ha sido mi estilo, y disto mucho de fomentar ese hábito... fue la sorpresa del momento, lo que marcó para mí ese instante, es lo que quise compartir con éste escrito...

sábado, 26 de junio de 2010

¿Cómo saber a cuál de ellos atender?

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¿Cómo es que los pensamientos de una misma persona terminan siendo contradictorios entre sí? ¿Cómo saber a cuál de ellos atender? Está la razón, la cual grita en silencio, tratando por todos los medios posibles de hacerse escuchar, pero también está ese trémulo sentimiento que sigiloso entra, a veces, en medio de la angustia y el pesar, y otras, por medio de las sensaciones más dulces y serenas que puede acoger nuestra alma en un mismo segundo… El que te dice, -¡Hazlo, adelante, anímate! ¡La cosa no puede ponerse peor, intenta una vez más!-, y está el que te lo dice con la cara adusta y el semblante sosegado… el que siempre echa a perder la fiesta… -¡Ni lo intentes, es un caso perdido!, No tienes derecho… serénate, da la vuelta y sigue adelante…-

Cuantas veces el corazón se ha tenido que enfrentar con la razón, cuantas veces éste gana la batalla, pero al final, termina perdiéndolo todo…

¿Hasta cuándo es suficiente? ¿Quién tiene una métrica definida hacia lo que es correcto? ¿Correcto para quién? ¿Hasta dónde nos es permitido equivocarnos? Si, la respuesta es siempre la misma, Doña Razón la tiene como mensaje en la puerta de su casa… “Hasta donde no te permitas lastimar a otra persona”.
Ruth L. Acosta

viernes, 11 de junio de 2010

El Baúl de Mis Recuerdos


El Baúl de Mis Recuerdos...


Tengo una hermana, fanática de la limpieza, pulcra a más no poder... que uno de sus pasatiempos es limpiar, limpiar y luego que termina, vuelve a limpiar... En nuestra adolescencia compartíamos la habitación, ella una cama, yo otra, ella dividió nuestro closet, así como nuestro librero... ya se imaginarán cuál era la mitad más limpia... Tengo muchas manías, y una de ellas es conservar cosas que tienen un valor especial, así sea la cubierta de un dulce, una flor seca... cuadernos usados, los que en su momento consideré que alguna vez podría necesitar consultar... bueno, tantas y tantas cosas absurdas para muchos quizá... pero que para mi tienen un gran valor, sobre todo sentimental...

En una ocasión que llegué a casa, por la tarde... Oh! sorpresa... mi hermana acababa de dividir el espacio en nuestro librero, y como yo estaba ocupando parte de su territorio, pues amontonó mis cosas a un lado, el lado que me tenía asignado... lo que cabía, por supuesto, y lo demás decidió que ya no servían, cosas que terminaron en el basurero... y bueno, ya se imaginarán el ataque de histeria que me dió... salí corriendo a rescatar "mis preciados tesoros" pero era demasiado tarde, me dí cuenta de la ausencia un día después...

Claro que recuerdo que en esa ocasión, me molesté mucho con mi hermana, la creí injusta conmigo... le reclamé enérgicamente respetara mis "derechos humanos", tratando de proteger mi "derecho de la libertad de propiedad" bueno, mi "derecho a acumular cosas...", (aunque no estoy segura de si ese sea un derecho que esté contemplado en nuestra Constitución...) le pedí que no se metiera con mis "amados tesoros" y ella me pidió que respetara su espacio... pues así lo hicimos, con el tiempo fuí recolectando más tesoros y ella fue haciéndose experta en los diferentes tipos de limpiadores que existen en el mercado...

Con el transcurso de los años, formó cada quien su familia, ella en su casa, una casa totalmente limpia (y desinfectada...), libre de impurezas y de "tesoros" que no ocupen inútilmente un espacio en su impecable paraíso... y yo en la mía, con Mis Baúles llenos de Recuerdos... los cuales están rebosantes y cerrados forzosamente... hace tiempo abrí uno, aunque tengo mis "tesoros" guardados en donde hay espacio... hace poco, finalmente (y por necesidad) tuve que "hacer limpia" para poder guardar otras "reliquias"... pude ver las "maravillas" que he guardado por tantos años... pude ver cartas, tarjetas, una armónica, fotos, libros, muchos libros, juguetes, rompecabezas, recortes de periódico, chocolates, si, chocolates... y tantas y tantas cosas más... claro que disfruté mucho de mis tesoros... mis hermosos recuerdos... aquellas tantas cartas de mis amigas, y las tarjetas escritas como señales de amistad... aquellas fotos capturadas en momentos que parecían no terminar... Oh! Recuerdos, hermosos recuerdos que hacen mi alma vibrar...

Sé que los vicios tienen cura, pero no sé si las manías las tendrán... no es que me pesen mis recuerdos, pero ya no tengo espacio en donde acumular... tendré que pedirle a mi hermana, que un dia venga a mi casa, y con los ojos cerrados decida que tirar... ella no se tentará el corazón, pero sé que si yo lo hago... no dejaré de llorar... ya me he deshecho de cosas, que a otra gente pudiera interesar, pero a mis baúles llenos de recuerdos, aún no los puedo tocar...

¿Alguien sabe de una cura para las manías que me pudiera regalar? La necesito urgentemente, ú otro espacio más grande tendré que buscar...

lunes, 7 de junio de 2010

A la espera de tu regreso...

A la espera de tu regreso...


Hoy es un día más en que espero tu regreso, un día más en que el reloj parece burlarse de mi, las horas se vuelven tediosas y los segundos, cada vez más lentos...

Traté de animarme un poco, salí a la calle en busca de algo que me distrajera, solo logré desesperarme con el tráfico terrible que me dejó atrapada en una interminable fila de impacientes conductores, todos con prisa por llegar a sus destinos. Es increible lo que mi ciudad ha crecido... ¿Porqué molestarme? Si no llevaba marcado ningún camino...

Decidí ir al centro, recordé que tenía que hacer algunas compras, y al hacer alto en uno de los cruceros principales, se paró enfrente de mi carro un joven con dos varas en sus manos, en donde en cada uno de los extremos había envuelto un paño, el cual lo impregnó de combustible, y le prendió fuego... empezó a hacer malabares con ellas... y quería que lo viera, cuando me sacó un susto de aquellos, que casi me bajo del carro y lo golpeo... estuve todo el tiempo mirando hacia abajo, tratando de no verlo... y al terminar, todavía me pidió dinero... ¡¿Pero que se ha creído?! después de angustiarme de esa manera, de poner su vida en peligro, pretende que todavía le festeje...

Seguí mi marcha, con el estómago todavía recogido, puse música alegre en mi cd player, con la esperanza de que mi humor cambiara... estuvieron Elvis Crespo y Ricky Martin cantándome sus mejores canciones, esas que en ocasiones he bailado con todo mi cuerpo... les dí la oportunidad de que me alegraran, fue inútil, nada podía hacer que te olvidara...

Llegué a la librería, esa que me queda de paso y donde me gusta tomarme un café con mis amigas... decidí entrar sóla, para tratar de leer el último libro que había comprado, el leer me manda a otro mundo, a otras épocas, a otra gente, a los paises más remotos... seguía guardando la ilusión de que te olvidaría aunque fuera unos minutos... Misión imposible.

Pasé por un encantador parque, era ya tarde, decidí estacionar mi carro y dar una caminata, pensé, si doy un recorrido observando a las personas congregadas aqui, tendré seguramente un respiro... sólo lograba encontrarte en esos rostros, en aquellas personas ajenas a mi existir... me senté un rato en aquella solitaria banca, el ambiente parecía conocer mi desdicha, la melancolía prontamente se adueñó de mi... cansada de intentarlo, me regresé a casa...

Era ya noche, recordé que no había cenado, mi estómago me avisó con un feroz rugido... me preparé un sandwich de roast beef acompañado de una fresca ensalada, recordé que es tu preferida... finalmente me dirigí a mi cama, cansada de tratar de olvidarte... decidí aceptar que dormida y en mis sueños... al fin llegarías... trataba de olvidar, si... de olvidar que habías muerto...